Bueno, pues estas imágenes de Jorge Pérez sirvieron de empujón a otro lector de la Aldea, Francisco José Expósito, autor del blog El Carpintero Travieso, que nos demuestra las sorprendentes utilidades de esa actividad volcánica.
Cocina volcánica | Crédito imagen Fco. José Expósito
Os presento la cocina más ecologica y natural del mundo: utiliza directamente el calor subterraneo de un pozo que se encuentra en el restaurante del Timanfaya, donde hacen la carne a la parrilla aprovechando la temperatura que emana del subsuelo.
Cocina volcánica | Crédito imagen Fco. José Expósito
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Este post participa en la iniciativa: "Momentos de ciencia en vacaciones".
Aquí puedes ver en qué consiste esta idea por si te animas a participar.
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Buenas
ResponderEliminarSiempre había pensado que los vapores que salían de las simas volcánicas eran altamente tóxicos. Tendré que investigar un poco sobre el tema :)
Saludos
Fran
Pienso igual que Fran, no salen gases toxicos de ahí abajo?
ResponderEliminarQuiza le da un sabor mas rico al pollo a la parrilla!
así debe ser la cocina del infierno.
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.... yo quiero probar eso! En cuanto a lo de los gases.... seguro que salen gases? yo creo que lo único que pasa es que dejan salir el calor acumulado en las capas inferiores... por convección supongo, el aire frio entra en el pozo se calienta y sale al exterior.... o algo asi. Si alguien tiene mas idea que lo explique!
ResponderEliminarHola, soy el autor de las fotos, para explicar un poco lo del pozo.Cuando haces la excursion al Timanfaya, despues de la demostracion de los geysers, te enseñan el pozo, forma parte de la cocina pero en un edificio circular donde existe una entrada desde la calle y otra desde el restaurante. Al asomarte notas el chorro de aire caliente que sube desde abajo y no puedes estar mucho rato, las carnes tardan un poco mas de lo normal en hacerse que si fuesen con fuego, manteniendo todo su sabor, una forma diferente de cocinar hasta el dia que deje de expulsar calor, por lo que dicen tenemos cocina para 200 años.
ResponderEliminarYo también he tenido la suerte de incarle el diente a esta exquisita carne del infierno. Y mientras la saboreas, puedes observar tranquilamente como fuera el funcionario de turno introduce en algunos de los numerosos agujeros de la tierra un poco de agua, para transformarla en un geiser de hirviente vapor. Un gustazo comer en el infierno.
ResponderEliminarPasé el día en Timanfaya, de eso hace algunos años, la singularidad de paisaje junto con la edificación obra de Cesar Manrique, aúna fuerza de la naturaleza con cultura, es una delicia comer carne asada en ese asador, eso si, tarda un poquito en hacerse, vale la pena la espera. Saludos desde Fuerteventura
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