Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!”
“-¡Ay! -pensé-, ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: “Levántate y anda”!
Más de mil jóvenes se reunieron ayer en la Tenerife LAN Party. Un millar de inquietas almas con apenas 16 o 17 primaveras deambulando de aquí para allá en busca de diversión. Disfrazados, despeinados, andarines, bailarines, cantarines, juguetones... Toda una manada de tiernos lobatos compartiendo risas, bocatas y linea ADSL de alta velocidad para descargar, playstaitionear...
Más de mil jóvenes dispuestos a jugar, a divertirse... y una imagen del arpa de Becquer aún abandonada en el ángulo, sin mano de nieve, como Lázaro espectante, sin genio escondido que venga a despertarla . La miro y recuerdo mis años, los años en los que esa mesa de madera con muñecos tendría una hilera repleta de monedas de cinco duros a la voz de "yo entro el siguiente".
Sentí algo extraño ayer... como si aquellos tiempos ya no fueran estos. Comprobando literalmente que este es otro siglo. No diré si mejor o peor... pero definitivamente, aquellos tiempos no son estos.
Más de mil jóvenes en la LAN Party... y nadie quiere tocar el arpa.
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Buen post, me gustó
ResponderEliminarSaludos, hoy, desde Tenerife
En estos días de cibernética galopante, el arpa es el camioncito de madera estacionado junto a la Ferrari.
ResponderEliminar¿...Toda una manada de TIERNOS lobatos...? ¿A los 16 y 17 años?
!Señor, abandone el monasterio por algunos días y !por favor¡ visítenos en este mundo que lo rodea...
No son tiempos mejores ni tiempos peores, simplemente son diferentes.
ResponderEliminarQué tiempos!
ResponderEliminarCuántas veces tuve que recitar esos versos en el cole!
Y cuántas maldecí mi economía por no poder echar de la mesa a esos dos jugones que me hacían pasar por debajo de la mesa...
Como lágrimas en la lluvia se iban esos cinco duros.
Se pierde aquello de jugar al pingpong o al billar de bandas, los futbolines y las máquinas de petaco. Es una pena, no están mal los juegos virtuales pero un pierdepaga al futbolín descargaba mucha más adrenalina.
ResponderEliminarSalu2
Si hubiese habido una barra cerca en la que vendiesen cerveza ya verias como sí que tenía gente!
ResponderEliminarYo estoy tARQ!! Una barra con cerveza les haría tocar el arpa, el piano y el clavicordio...
ResponderEliminarYa queda menos para que esos "tiernos lobatos" digan cosas como los niños que juegan al "pistolero salvaje" en "Back to the future II"
ResponderEliminar-¡Anda, si hay que usar las manos...!
Sentí algo extraño ayer... como si aquellos tiempos ya no fueran estos.
Enorme, saludos.
Panapunk.
Una metáfora que va de perlas con la escenografia que tenemos delante de nuestros pobres ojos algunos valientes que todavia tenemos fe en la educación y nos dedicamos con ilusión a ella... no se si algún día deberé arrepentirme.
ResponderEliminarRicardo Álvarez
Profe de arte
Te puedo asegurar que por la noche se petaba. El sábado, por ejemplo estuve jugando al futbolín a las 5 de la mañana.
ResponderEliminarHabía momentos en los que pasaba por allí y me iba porque no me valía la pena esperar a que me tocara el turno de toda la gente que había.
@fearu Oye, pues me das una alegría porque cuando yo lo vi allí solo, me dio una penica... :D
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