Hace ya unos meses, en esta misma sección de Minifichas que ocasionalmente van pasando por la Aldea, conocimos la historia de Edmund Ruffin y la casualidad de dos disparos desafortunados en la Guerra Civil Americana... Pues bien, hoy volvemos a esa época y volvemos a contar una historia de dos disparos... en esta ocasión, dos disparos con más suerte...
Se trata de la historia de Walter G. Jones, su pequeña biblia y dos balas.
Nos cuentan que Walter G. Jones que no fue un Hobson, un Dewey, un Scheley o un Sampson (destacados militares en la posterior guerra contra España, que incluso tienen su canción)... Jones, era tan sólo un soldado raso que luchó en varias batallas durante la guerra civil.
Solía llevar en su bolsillo una pequeña biblia, y esta costumbre le salvó la vida... dos veces.
El orificio superior, ocurrió en la batalla de Cedar Creek, el 19 de Octubre de 1864.
El orificio inferior, corresponde a la bala que le dispararon en la batalla de Appomattox, también conocida como la Rendición de Lee, durante los días 8 y 9 de Abril de 1865...
Alguno ya estará mirando al cielo y pensando en un milagro... yo, como siempre, pongo aquí la nota escéptica y recuerdo que lo mismo hubiera pasado si Walter G. Jones hubiera llevado un ejemplar del Quijote de nuestro Cervantes, o del Gen Egoista... ;)
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Archivado en la Sección: MiniFichas
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Si ya lo digo yo, para que tanto chaleco anti balas si mejor va un chaleco lleno de biblias.
ResponderEliminarPor cierto, los cazadores de mitos ya demostraron que un libro (sagrado o no, o un zippo) por muy duras que tuviera la tapa no es capaz de detener una bala. Me da por tanto que el tal Walter G. Jones lo que era es un vulgar embaucador.
http://www.tudiscovery.com/web/cazadores-de-mitos/entre_bastidores/mitos-urbanos/
@fcasarra Gracias por el apunte de los Mithbuster, pero hay que tener en cuenta que las armas de la guerra de secesión americana no se pueden comparar a las que se hacen ahora.
ResponderEliminarLa anécdota de Walter G. Jones está documentada en la Biblioteca del Congreso (Library of Congress) y aunque no pongo la mano en el fuego, pero diría que es posible con las armas y balas de aquel tiempo.
Un saludo.
Acabo de descubrir su blog y lo encuentro fascinante, acaba de apuntarse otro lector a su legión.
ResponderEliminarSaludos!
O como decían en Cadena Perputua, "en ella está la salvación".
ResponderEliminarMi imagino que la bala venía de lejos, con la tecnología de entonces me parece posible la historia.
ResponderEliminarYo tambien veo factible la historia, ya que hay muchos factores que pueden modificar la fuerza con la llega la bala, ya sea el rozamiento, la distancia, el rebote antes de impactar, etc.. seguramente en su epoca, él mismo se considero muy afortunado.
ResponderEliminarMe congratulo que haya tantos optimistas respecto a las aseveraciones de dicho soldado, pero yo sigo pensando que la teoría del fraude es mas factible.
ResponderEliminarLo siento, ante dos explicaciones me quedo con la mas probable, aunque sea menos bonita.
fcasarra
ResponderEliminarNo sólo lo que indica irreductible, sino también ha podido ser una bala perdida.
Cuántos han muerto por balas perdidas...
No recuerdo donde leí que en la época napoleónica algunos soldados "perdían" parte de la pólvora de sus cartuchos para que el retroceso no les hiciera daño en el hombro. Pero claro luego está Occam...
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